¿Sabías que el tacto es el primer sentido que desarrolla el embrión humano (lo que explica por qué a los bebés les encanta tocarlo todo)? Estimular este sentido es crucial para el desarrollo del feto. En este artículo nos centramos especialmente en la piel y sus funciones clave en el vientre de la madre.
Este artículo se ha escrito en colaboración con Bénédicte Thiriez, enfermera puericultora y escritora.
Los amantes del masaje saben que este contacto especial con la piel del bebé es muy favorable para su bienestar: además de estimular el desarrollo del bebé, el masaje le ayuda a ser consciente de su cuerpo, le tranquiliza y le ayuda a conciliar el sueño. Esto no es de extrañar, pues de los 5 sentidos que tenemos, el tacto es uno de los más importantes para la supervivencia y el desarrollo de los seres humanos.
Pero, antes de seguir adelante, centrémonos en lo que lo hace posible: la piel. ¿Cómo se desarrolla la piel? Todo empieza con el ectodermo, la más externa de las tres capas celulares del embrión. Las células de este preciado ectodermo se convertirán en el pelo y los dientes del bebé y en sus distintos órganos sensoriales (olfato, oído, vista y tacto).
Tacto, gusto, olfato... ¿Qué sentido se desarrolla primero en el útero?
Te hemos dado una pista al principio de nuestro artículo: por orden cronológico, el tacto es el primer sentido en madurar plenamente en nuestro cuerpo. Después vienen el gusto, el olfato y el oído, y por último, la vista. También hay que tener en cuenta que la vista y el oído, a diferencia del tacto, no maduran del todo hasta mucho después del nacimiento, en torno a los tres años en el caso de la vista y a los seis en el del oído.
Importancia del tacto en el útero
La estimulación temprana (es decir, durante el embarazo) es crucial para que el feto se desarrolle correctamente. Estar en contacto o cerca de los órganos de la madre (como la pared del útero), o incluso estar en contacto con las distintas partes de su propio cuerpo, todo ello contribuye a estimular al feto... y, por tanto, desempeña un papel decisivo para su desarrollo óptimo. En las ecografías suelen verse bebés en pleno desarrollo chupándose el dedo, tragando líquido amniótico o incluso tocando el cordón umbilical. Todos estos movimientos son impresionantes. ¡Y sencillamente imprescindibles!
Cómo reacciona el bebé a los estímulos externos
Seguro que te has dado cuenta de que el feto también reacciona a estímulos externos, como el contacto con el abdomen de la madre. A menudo, la pareja de la madre coloca las manos sobre su vientre para sentir los movimientos del feto... que responderá acercándose a sus manos o incluso viniendo a acurrucarse allí mismo. ¿Esperas gemelos? Los bebés también reaccionarán a los movimientos de su hermano en el útero. Por no decir que los bebés también reaccionan a las contracciones del útero y, en definitiva, a los distintos estímulos que les rodean.
¿Por qué es bueno para el bebé?
Todas esas experiencias contribuirán a la formación de su desarrollo neuromuscular (sobre todo, a la coordinación de sus movimientos), pero también a la de su sistema nervioso central (organización de los movimientos en secuencias). En definitiva, el feto asimilará todas estas percepciones e incluso las memorizará. Hay que tener en cuenta que se trata de pura sensorialidad, sin intervención intelectual.
Más allá del tacto en el útero...
Además de las percepciones táctiles que acabamos de mencionar, es evidente que tu bebé recibe muchos más estímulos:
- percepciones sonoras, como los latidos del corazón de la madre,
- percepciones motoras, cuando el bebé se mece dentro del útero mientras la madre camina.
En resumen, en el útero ¡los sentidos del bebé se agitan! Esto ocurre por una razón: la sensorialidad fetal desempeñará tres papeles claves para el bebé:
- Permite que el feto tenga un conocimiento previo de su futuro entorno al percibir la luz y los ruidos a través de la pared abdominal de la madre,
- Ayuda a desarrollar y estimular el sistema nervioso del bebé mediante experiencias sensoriales tempranas,
- Proporciona estímulos que ayudarán al bebé a desarrollar habilidades comunicativas tempranas y le ayudarán a relacionarse con las personas que le rodean. La voz de la madre o el sabor del líquido amniótico (cuyo olor es muy parecido al de su madre y al del colostro) ayudarán al bebé a encontrar a su madre al nacer y a crear su primera conexión con ella, fuera del útero.Después vendrán los primeros masajes y momentos de ternura compartidos...