
Colección: Productos para bebés y niños con piel muy sensible
-
Leche corporal hidratante confort con schisandra Bio
Leche corporal hidratante confort con schisandra Bio
-
Crema facial hidratante confort con Schisandra Bio
Crema facial hidratante confort con Schisandra Bio
Puede haber muchos motivos, y lo mejor es consultar con un dermatólogo especializado. También conocido como prurito, puede deberse a diferentes causas, pero las más comunes están asociadas a la piel seca, dermatitis atópica, dermatitis seborreica, reacciones alérgicas, picaduras de insectos, hongos, factores ambientales como el frío o el calor, y el uso de algunos medicamentos. También puede ser indicador de enfermedades más graves como anemia o diabetes. Te aconsejamos consultar siempre con tu médico.
Piel normal: no muestra ningún tipo de anomalía. La piel es tersa, sin marcas y sin signos de irritación o sequedad. Piel seca: tiende a descamarse, muestra aspereza al tacto y sensación de tirantez. Piel sensible: se caracteriza por el enrojecimiento y molestias ante factores ambientales, el contacto directo con determinados tejidos, el rozamiento o el contacto con determinados agentes químicos. Piel atópica: se caracteriza por la inflamación, eccemas, picor y sequedad en episodios periódicos que remiten y vuelven a aparecer.
Hay muchas causas que pueden provocar una mayor sensibilidad en la piel, sobre todo en los bebés y niños, pues tienen una piel más inmadura. Los factores ambientales como el frío, el calor o el viento; el uso de determinados cosméticos y detergentes; las aguas calcáreas y una higiene excesiva e incluso factores psicológicos como el estrés y determinados aspectos emocionales
La piel sensible en contacto con la ropa, también conocida como dermatitis por contacto textil, es un tipo de reacción provocada por el contacto directo de la piel con determinados tejidos. Se caracteriza por presentar irritaciones, picor y enrojecimiento en las zonas en las que piel está más en contacto con determinados tejidos, como las axilas o los pliegues de los brazos. Los bebés y niños con piel sensible o atópica son propensos a sentir molestias con determinados tejidos y costuras.
Es un tipo de piel más vulnerable e hiperreactiva ante diferentes factores externos que tiende a presentar enrojecimiento, irritación, picor, escozor y ardor. Suele deberse a factores ambientales externos como el frío o el calor extremos, el uso de determinados productos químicos como detergentes y jabones, una higiene personal excesiva o el estrés.
Identifica la causa y pide consejo a especialistas. Evita las temperaturas extremas o los cambios bruscos de temperatura. Mantén la piel hidratada. Aplica cremas, lociones y ungüentos calmantes. Toma baños tibios. Reduce el estrés y la ansiedad. No rasques la zona afectada. No consumas alimentos excesivamente especiados o picantes.
Es importante establecer una rutina de cuidado diario para la piel sensible de un bebé. Utilizar productos de baño que sean suaves y adecuados para ello, evitar los cambios bruscos de temperatura, vestirlo con prendas hechas con tejidos naturales y mantener la piel hidratada son las mejores recomendaciones, además de otras indicaciones que pueda darte tu pediatra.
Utiliza productos suaves específicos para la piel del bebé que no contengan alcohol ni perfumes. Establece rutinas de masaje relajante, vístelo con ropa de algodón o de tejidos naturales, báñalo con agua tibia, mantén su piel hidratada y evita los cambios bruscos de temperatura. Consulta con especialistas para ver qué producto es más adecuado para el cuidado de la piel de tu bebé.
La piel del bebé tiende a enrojecerse e irritarse ante factores que una piel normal debería tolerar. El roce de los pañales y algunos tejidos, los cambios bruscos de temperatura, el contacto con determinados jabones o perfumes. El bebé estará incómodo debido al picor o el inconfort de la piel.

¿Delicadamente suave y flexible, áspera y seca, muy sensible o atópica? Conoce el tipo de piel de tu bebé para cuidarla de la mejor manera.