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Entre el  segundo y tercer día después del nacimiento de tu bebé, se producirá lo que se conoce como la subida de la leche. Pero hasta entonces, y desde el primer momento, tu bebé estará muy bien alimentado gracias al calostro. Y es que no existe ningún líquido mejor para los primeros días. Ninguno.

¿Qué es el calostro?

El calostro es el primer alimento que prepara tu cuerpo para recibir a tu bebé. Es una sustancia densa de color amarillento. Es lo que necesita  tu bebé en sus primeras tomas, hasta que empiece la producción de la primera leche. Es inimitable. Se produce a partir del quinto mes de embarazo, para que  si el bebé nace antes de tiempo,  pueda disfrutar de sus múltiples beneficios.

¿Qué propiedades tiene el calostro?

  • Contiene inmunoglobulina A, una sustancia que protege las mucosas del intestino, la nariz y la garganta de tu bebé para frenar la entrada de virus y bacterias.
  • Es rico en carbohidratos, lo que ayuda a prevenir la hipoglucemia del recién nacido.
  • Tiene un alto contenido en proteínas, minerales y vitaminas. Y es bajo en grasa, que es justo lo que necesita un bebé cuando nace.
  • Es rico en anticuerpos que le protege de determinadas infecciones, en concreto, de todas las que tú hayas pasado. Además estimula su propio sistema inmunológico, ayudándole a madurar.
  • Es laxante, lo que le ayuda a expulsar el meconio (primeras heces) y el exceso de bilirrubina,  evitando así la ictericia.
  • Es muy fácil de digerir por lo que es perfecto para el intestino todavía inmaduro de tu bebé. Las digestiones son rápidas, lo que hace que tu bebé pida frecuentemente y estimule tu pecho para que se produzca la subida de la leche.

¿Cuándo se produce la subida de la leche?

La subida de leche se produce entre las 48 y las 72 horas tras el nacimiento. Es un proceso que comienza cuando se desprende y sale la placenta. En ese momento, comienza a actuar la prolactina, que es la hormona responsable de la producción de leche. Cuando alcance los niveles adecuados, comienza la producción de la primera leche, que sustituye al calostro.

¿Cómo puedo favorecer la subida de la leche?

El éxito y establecimiento de la lactancia materna no depende única y exclusivamente de las hormonas, también depende de la estimulación del pecho. Cuanto antes te pongas  a tu bebé y cuantas más veces te lo pongas, antes se producirá la primera leche. El contacto piel con piel durante las primeras horas también facilitan el inicio de una buena lactancia. En la mayoría de los hospitales, si el parto ha transcurrido con normalidad, te colocarán a tu recién nacido en contacto directo sobre tu abdomen, sin ninguna tela de por medio. Y no utilices ni chupetes ni biberones.

¿Duele la subida de leche?

Muchas mujeres temen la subida de la leche  por miedo a pasar dolor. Pero no debes preocuparte, el paso de calostro a la primera leche no tiene porque ser doloroso. Si puede ocurrir, justo coincidiendo con el cambio de leche, un aumento de vascularización en el pecho, que hace que esté más caliente, más endurecido e inflamado.

Si  no drena bien, se puede producir dolor. Pero en ningún caso, es por la leche. Para prevenirlo, es aconsejable el  inicio precoz de la lactancia materna, realizar  tomas frecuentes y siempre a demanda. Si tienes mucha inflamación, se ha demostrado científicamente, que lo más eficaz para aliviarte, es ponerte una hoja de col directamente sobre el pecho, con el sujetador por encima. El alivio será inmediato.

¿Es normal tener fiebre con la subida de la leche?

No. Es normal tener el pecho más caliente, pero si tienes fiebre (38ºC o más), debes acudir a tu médico o a tu matrona.

¿Y si no noto la subida de la leche?

Pues tampoco tienes que preocuparte. Que no la notes no significa que no tengas leche. Es más, si te has puesto al bebé piel con piel, has iniciado la lactancia en las primeras horas y tu bebé ha succionado todo lo que ha querido y cuando ha querido, el cambio del calostro a la primera leche es tan paulatino que puede pasar desapercibido.

La subida de la leche no tiene que ser una preocupación ni durante el embarazo ni los primeros días tras el nacimiento. Es un proceso natural, en el que la leche se va adaptando a las necesidades de cada día de tu bebé. Pero recuerda, que con cualquier duda o molestia, tienes que consultar a tu matrona.