La piel de los bebés y niños pequeños es inmadura y significativamente más delgada que la de los adultos. Es más vulnerable a los rayos del sol. Te explicamos por qué.
La piel infantil, naturalmente más sensible al sol
La piel del adulto es capaz de defenderse de las agresiones del sol, siempre que no esté sobreexpuesta. La capa superficial de la piel, la melanina y los mecanismos de reparación celular participan en esta fotoprotección natural.
En un niño antes de los 3 años, estos mecanismos de defensa para protegerse del sol aún no se han puesto en funcionamiento.
Estas son algunas de las razones de su vulnerabilidad:
- Su piel es más fina y sensible.
- Su función como barrera protectora todavía no es muy eficaz, y los rayos UV penetran con mayor facilidad.
- Su sistema inmunológico y sistema pigmentario siguen siendo inmaduros y no tienen aún la capacidad de defender la piel contra las agresiones UV.
- Su transpiración es aún deficiente, lo que los hace más sensibles a las diferencias de temperatura, golpes de calor y deshidratación.
Por eso es esencial proteger la piel de tu pequeño. Sin embargo, como probablemente sepas, no todos los tipos de piel son iguales en cuanto a sensibilidad. No nos referimos al fototipo de tu hijo (sea claro u oscuro, su piel necesita una protección óptima), sino a las pieles sensibles o atópicas. Conocer las especificidades de la piel de tu hijo te ayudará a elegir productos adecuados que garanticen una alta tolerancia y una seguridad apropiada.
Si sabes que tu hijo es propenso a la dermatitis atópica, por ejemplo, durante las vacaciones, podrás elegir productos que se adapten perfectamente a sus necesidades: una loción solar sin perfume y de muy alta protección. Lo mismo ocurre si tu hijo tiene una piel muy sensible (la cara se sonroja con facilidad cuando se expone al estrés diario): un tratamiento protector sin perfume también será ideal para hacer frente al sol. Si tu hijo tiene la piel seca, un tratamiento nutritivo es esencial para hidratar y proteger en profundidad su frágil piel.
¿Exponer la piel infantil al sol; a qué edad?
Antes de un año de edad, un bebé no debe exponerse directamente al sol. Idealmente, esta recomendación debería mantenerse hasta los 3 años. Pero es muy difícil evitar que tu hijo juegue afuera y, por lo tanto, se exponga al sol, ¿no es así?
Así que, en caso de exposición, que se irá haciendo aún más inevitable a medida que tu pequeño vaya creciendo, es importante tener en cuenta las reglas de protección protección solar en pieles infantiles. Sigue los siguientes consejos para proteger la piel de tu bebé.
Tomar precauciones para proteger a tu bebé del sol es aún más importante porque esta exposición a los rayos UV durante la infancia es decisiva para su salud cuando sea adulto. De hecho, la piel de los niños guarda durante muchos años el recuerdo de las quemaduras solares.
Ahora bien, si tu hijo se quema al sol a pesar de todas tus precauciones: ¡no te preocupes! Aunque las quemaduras solares deben evitarse al máximo, algún incidente puntual ocurre. Sólo tienes que recordar las medidas imprescindibles para aliviar a tu hijo de forma eficaz.