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Los movimientos del recién nacido son involuntarios, debidos a los reflejos arcaicos. A medida que se vaya madurando su sistema nervioso y perfeccionando sus sentidos, el tono, la masa y la fuerza muscular se irán incrementando y el bebé adquirirá también control de los movimientos voluntarios.

Etapas del desarrollo de la motricidad

Su desarrollo motriz pasa por una serie de etapas que suelen clasificarse por meses de edad. Pero es una clasificación flexible. Cada bebé tiene su propio ritmo y será el pediatra quien evalúe si los progresos son adecuados para su edad.

Un bebé recién nacido mantiene la postura fetal, con las piernas y los brazos flexionados, y necesita ayuda para sostener la espalda y la cabeza ¡No olvides poner siempre una mano debajo de su nuca cuando lo cojas y le cambies de postura! Si lo porteas asegúrate de que lo haces con un sistema que tenga buenos puntos de apoyo.

Primer mes

Al mes su tono muscular mejora y es capaz de levantar la cabeza y mantenerla unos segundos si está tumbado boca abajo. Pero sigue manteniendo brazos y piernas en flexión y los puños cerrados. Todavía están presentes los reflejos de presión palmar, de Moro y de la marcha automática.

Segundo mes

A los dos meses las extremidades siguen estando flexionadas la mayor parte del tiempo, pero van adquiriendo mayor movimiento. Comienza a intentar apoyarse sobre los brazos para levantar la cabeza cuando está boca abajo y a abrir las manos, consiguiendo ser más selectivo al chuparse los dedos.

Tercer mes

A los tres meses su espalda se encorva menos cuando lo tienes sentado en tu regazo y sostiene recta la cabeza al mismo nivel que el tronco. Cuando está boca abajo puede extender las piernas, apoyarse en los antebrazos para levantar la cabeza alrededor de 45º y empiezan los primeros intentos de darse la vuelta. A esta edad ya comienza a moverse con intención, patalea con fuerza, mueve los brazos y las manos, que mantiene más tiempo abiertas. Pero cuando se le pone algo en la mano todavía la cierra involuntariamente (reflejo de prensión palmar) atrapando el objeto y aflojando después la presión. Es lo que ocurre cuando apenas coge el sonajero lo deja caer. Posiblemente comience a juntar también una mano con otra y a intentar coger cosas. Las manos son el primer gran descubrimiento de su propio cuerpo.

Cuarto mes

A los cuatro meses coordina algunos movimientos y comienza a descubrir más su cuerpo. Utiliza los brazos y las piernas para intentar darse la vuelta cuando está boca abajo y, aunque aún no consigue girar completamente para volverse boca arriba, logra que su cuerpo ruede para ponerse de lado. Si está tendido de espaldas eleva las piernas, todavía en flexión, y se toca las rodillas. Paulatinamente va consiguiendo sostener y agitar el sonajero, pero aún no lo hace intencionadamente y suele caérsele con frecuencia.

Quinto mes

A los cinco meses ya es capaz de coger un objeto por sí mismo y de llevárselo a la boca, hace ejercicios de pedaleo con las piernas cuando está boca arriba, se descubre los pies y juega con ellos. Si está boca abajo mantiene mejor el apoyo en los antebrazos y las manos para elevar mucho más el tronco. Pero todavía no es capaz de mantener la posición con un solo brazo si al mismo tiempo intenta coger algún objeto con una mano. Si lo cogemos por las axilas y le dejamos apoyar los pies comienza a hacer fuerza, intentando flexionar y extender las piernas, como si quisiera saltar.

Sexto mes

A los seis meses ya es todo un saltarín que se da impulso con las piernas, aunque tiene mucho más control sobre la parte superior del cuerpo. Puede levantar la cabeza y la parte superior de la espalda cuando está boca arriba, tiende los brazos para que lo levanten colaborando para incorporarse y se lleva los pies a la boca. Para mantenerse sentado todavía necesita apoyo. Si está boca abajo ya consigue mantener el tronco erguido apoyándose en un solo brazo y darse completamente la vuelta para quedar boca arriba. Comienza a manipular los objetos que coge, puede tener uno en cada mano, los sujeta bien y los suelta cuando quiere coger otros diferentes.

Su coordinación psicomotriz va mejorando. Es posible que ya sea capaz de pasar los objetos de una mano a otra, así como acertar a llevarse bien a la boca y comer una galleta o un trozo de pan.