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Esta afección benigna que afecta a muchos recién nacidos remite rápidamente con los cuidados adecuados. Es algo muy común en los bebés y no supone un motivo de preocupación, ya que su inconveniente es únicamente de carácter estético.

Tras la llegada a casa con el bebé y aunque sepamos que se encuentra bien, posiblemente nos preocupe si seremos capaces de reconocer cuando se pone enfermo. Es importante que seáis conscientes de que el recién nacido presenta un conjunto de características determinadas, propias de su momento evolutivo.

Una de esas características es la costra láctea. Es algo muy común en los bebés y no supone un motivo de preocupación, ya que su inconveniente es únicamente de carácter estético.

¿Qué es la costra láctea del bebé?

Es un problema de la piel, inflamatorio y común que aparece en el cuero cabelludo. También puede extenderse a la frente, orejas y cejas. Se caracteriza porque está enrojecido, con escamas o costras de color amarillento de tamaño y forma variable y de aspecto grasiento.

Pese a su nombre, la costra láctea no tiene nada que ver con la alimentación del bebé. Se llama costra láctea porque es una costra que aparece en un lactante entre la segunda y décima semana de vida.

El bebé con costra láctea no tiene apenas molestias, no da fiebre, y a pesar de que a veces se presenta de forma aparatosa se trata de una afección benigna. No produce picor a diferencia de la dermatitis atópica.

¿Por qué se forma la costra láctea?

Aunque no se conoce con exactitud la causa, parece que varios factores podrían estar implicados: predisposición genética, disfunción de las glándulas sebáceas, el hongo Pityrosporum o la influencia de los andrógenos maternos.

La costra láctea no es consecuencia de alergias o falta de higiene, y aunque las escamas tienen un aspecto poco atractivo, no son contagiosas.

10 consejos para quitar la costra láctea del bebé

Aunque suele desaparecer espontáneamente durante el primer o segundo año de vida con los cuidados diarios adecuados remite rápidamente. Os dejamos algunas claves para combatirla:
  • Cepillar todos los días el cabello del bebé muy suavemente con un cepillo específico para recién nacidos.
  • ¡No intentar eliminar la costra con las uñas! Se podría irritar el cuero cabelludo e incluso hacerle alguna herida.
  • Aplicar un producto específico para el cuidado de las zonas afectadas una vez al día.
  • Dejar actuar el producto, y después lavarle el pelo con un champú suave para recién nacidos que prevenga la aparición de la costra láctea.
  • Masajear su cabeza de forma muy suave hasta que aparezca espuma. Después, aclarar con abundante agua tibia.
  • Evitar agresiones del aire, frío o sol intensos.
  • Hay que prevenir la sudoración excesiva.
  • Lavarse las manos con agua caliente y jabón antes y después de realizar estos cuidados.
  • No tener miedo de hacer daño a las zonas blandas (fontanelas) en la parte superior de la cabeza del recién nacido.
  • Frotar o cepillar suavemente esta zona no dañará al bebé.

¿Cuál ha sido tu experiencia? Cuando viste esta descamación por primera vez, ¿sabías de qué se trataba? Si tienes más dudas sobre la costra láctea, ¡contáctanos!