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¿Te dice el corazón que tu bebé estará mejor en brazos que llorando solo en su cuna? Hagamos balance de la maternidad cercana (o en inglés, "proximal mothering"): la importancia de estar cerca de tu bebé, la función clave de la piel en el desarrollo emocional del bebé y la importancia del tacto (¡y del masaje!).

Este artículo se ha escrito en colaboración con Bénédicte Thiriez, enfermera puericultora y escritora.

Nuestra cultura occidental no se basa en el tacto. Nuestra mente suele prevalecer sobre nuestro cuerpo y transmitimos esta cultura de la distancia física, al igual que se transmite la maternidad cercana, de generación en generación.

En nuestras sociedades, el sentido del tacto está poco desarrollado. Solemos preferir otros sentidos, como la vista o el oído: los juguetes suelen ser coloridos y sonoros. La razón es que aún no se ha explicado a los nuevos padres la importancia del tacto en el desarrollo de su bebé. Aunque en los últimos años se ha producido un acercamiento entre madre e hijo, todavía se oye decir a la gente que las madres "cogen demasiado a sus bebés" o que "tienen que dejarles llorar" (¡qué culpabilizador es eso!)...

Parece que nuestros hábitos de "distancia" son justo lo contrario de lo que las madres llevan haciendo desde siempre en todo el mundo: coger y abrazar a sus hijos y responder a sus necesidades lo antes posible.

Esta cultura occidental ha frenado el desarrollo de la cercanía corporal y psicológica entre madre e hijo.

La distancia con tu bebé no es una buena idea

A principios del siglo XX, Donald D. Winnicott, pediatra y psicoanalista inglés, respaldó esta idea. ¿Cómo? Sostenía que los sentimientos de seguridad e identidad de un niño pequeño se basaban en parte en la forma en que su madre (o sus cuidadores en general) le cuidaban o se ocupaban de él. En definitiva, dejar al bebé llorar en un rincón no era exactamente su planteamiento.

Explica sus ideas a través de dos conceptos:

  • Holding: es la forma en que sostienes a tu bebé, la forma en que lo meces y lo llevas en brazos
  • Handling: es la forma en que cuidas de tu bebé a diario, vistiéndolo, lavándolo, dándole de comer...

Una "buena" madre o "buen padre" proporcionará estos cuidados de manera que no sea ni descuidada ni excesiva, lo que permitirá el desarrollo emocional y psicológico armonioso de su hijo. Por supuesto, ¡esto es válido tanto para la madre como para el padre!

Un padre o una madre está haciendo un masaje de las piernas de su bebé

La piel: clave para el desarrollo psíquico del bebé

Unos años más tarde, Didier Anzieux, psicoanalista francés, trabajó sobre el concepto de la "piel propia" (self-skin) y destacó la función de la piel en el desarrollo psíquico del bebé. Según él, esta "piel propia" se desarrolla gracias al cuidado y la atención del cuidador. Así es como el niño adquiere conciencia de su propia identidad y de sus límites corporales. La piel se revela como una barrera simbólica que debemos aprovechar.

El tacto es crucial para el desarrollo del bebé

En 1974, Ashley Montagu, antropólogo y humanista británico-estadounidense, publicó "Touching: the Human Significance of the Skin" ("El tacto: el significado humano de la piel"). En este libro, explica cómo sus investigaciones lo llevaron a la teoría de que el tacto era, de hecho, tan importante como la leche materna para "nutrir" el desarrollo de los niños pequeños. También estudió la piel como órgano en sí mismo y su influencia en el crecimiento físico y el desarrollo conductual.

Otra célebre autora francesa, Françoise Dolto, también apoyó durante toda su vida la idea de que un bebé es una persona; así como su hija, Catherine Dolto, pediatra especialmente implicada en la investigación y el desarrollo de la haptonomía*, en la línea de Frans Veldman, el fundador de este planteamiento.

De todas estas investigaciones parece evidente que ya no es necesario demostrar los beneficios que se derivan del contacto entre la madre y el bebé, o entre los padres y el niño pequeño, para ser más precisos.

* La haptonomía es difícil de definir en pocas palabras. Es la ciencia de la afectividad, basada en el vínculo emocional que se crea entre los seres humanos, especialmente entre padres e hijos, ya antes de nacer.

Si te gustaría empezar a trabajar el vínculo afectivo que surge del tacto entre progenitores e hijos, puedes leer nuestro artículo sobre cómo masajear a tu bebé. En Mustela tenemos una gama de productos para el masaje infantil que harán de este cuidado una rutina placentera para ambos.