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¿Paseas a tu bebé por una acera entre dos coches? ¿O en plena naturaleza? Para una piel atópica, las ventajas e inconvenientes de vivir en la ciudad o en el campo son diferentes. Lee nuestra comparativa y descubre qué hábitos ayudarán a tu hijo a adaptarse a cualquier entorno.

La vida en la ciudad con piel atópica

Las contras: la contaminación

Polvo, impurezas, partículas en los gases de escape: las ciudades están llenas de contaminación. Cuando todos estos contaminantes presentes en el aire entran en contacto con la piel atópica de tu bebé, provocan irritaciones y brotes. En primavera, esta contaminación hace que el polen sea más irritante. Nuestros hogares concentran mucha contaminación, por lo que conviene ventilar las habitaciones con regularidad.

Los pros: agua de buena calidad

Vivir en la ciudad también tiene su lado bueno. Según el nivel de cal, la calidad bacteriológica y los pesticidas, el agua puede irritar o secar la piel atópica de tu bebé.

Y cuantos más habitantes se concentran en un lugar, más se controla el agua, lo que explica que su calidad sea mejor en las ciudades.

Vivir en la montaña y en el campo

Los pros: ¡aire limpio y sin ácaros!

El aire limpio del campo y la montaña es muy sano, tanto si tu pequeño tiene piel atópica como si no. Y si vives en elevadas altitudes, puedes librarte de los ácaros del polvo. Los ácaros adoran los hogares cálidos, pero no toleran las alturas. Por encima de los 1.500 metros, la temperatura rara vez supera los 25°C (la favorita de los ácaros).

Contra: más plantas

En el campo y la montaña abundan las plantas. La mala noticia es que, aunque a tu hijo le encanten, no servirán de mucho para su piel atópica, ya que pueden provocar reacciones o alergias cutáneas. En primavera también aparece el polen, causante de muchas alergias.

¿Cuál debe ser tu estilo de vida si tu bebé tiene dermatitis atópica?

Buenos hábitos

En la ciudad, en el campo o en la montaña, un estilo de vida saludable puede prevenir o reducir la intensidad de los brotes de dermatitis atópica.

- Si sales a pasear, mete en el bolso un vaporizador y una crema emoliente por si tu bebé está especialmente expuesto a la contaminación o a un entorno alergénico

- Dale una buena ducha todos los días, mejor por la noche

- Aplícale un tratamiento emoliente para reforzar la barrera cutánea

- Ventila la casa: es donde más se concentran los alérgenos que pueden irritar la piel atópica.

En la cuidad, cuidado con la limpieza excesiva

Si tu pequeño está muy poco expuesto a los gérmenes, su sistema inmunitario puede reaccionar de forma exagerada cando deba enfrentarse a ellos, lo que le hará más propenso a las alergias. Incluso los bebés con piel atópica necesitan exponerse a los gérmenes para fortalecer su sistema inmunitario de cara a las infecciones. De hecho, la dermatitis atópica es más frecuente en las ciudades, donde la higiene suele ser excesiva.