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Algunas embarazadas se preocupan enormemente cuando el cultivo para el estreptococo del grupo B (EGB) sale positivo. Es importante saber que ser portadora no es sinónimo de tener infección y que la administración de antibióticos durante el trabajo de parto no es un tratamiento, sino una profilaxis.

Qué es la prueba del estreptococo

El Streptococcus agalactie (EGB) es una bacteria que puede encontrarse en la flora normal del tracto digestivo de muchas personas, sin originar ningún problema. Si pasa a la vagina, por su proximidad con la zona perianal, ésta se coloniza, lo que no significa tener una infección. Pero en algunos casos puede producirse y por eso se realiza la prueba entre las semanas 35 y 37 de gestación, preferentemente en la 36. Consiste en tomar dos muestras (vaginal y rectal) para un cultivo microbiológico, cuyo resultado es válido durante cinco semanas.

Si tu resultado es positivo, en principio, sólo significa que tienes la bacteria y, dado que la colonización puede ser intermitente, un tratamiento antibiótico en ese momento no garantiza que tu vagina no pueda estar colonizada de nuevo cuando te pongas de parto. Es fundamentalmente en ese momento cuando interesa que no esté y cuando se administran antibióticos de forma preventiva (profilaxis) para reducir el riesgo de que tu bebé pudiera colonizarse y desarrollar una infección perinatal. Solamente se trata durante el embarazo cuando existan signos de sospecha de infección materna por EGB.

Te administrarán la profilaxis antibiótica intravenosa a partir del momento en que estés en trabajo de parto, cada cuatro horas, hasta que nazca tu bebé. Dependiendo de la duración te pondrán más o menos dosis, pero para considerarla completa deben haber pasado las dos primeras. Generalmente, un trabajo de parto dura más de cuatro horas y casi siempre hay tiempo suficiente. Pero si fuera tan rápido que no diera tiempo, aunque tu bebé pudiera colonizarse por el EGB no significa que tenga que desarrollar una infección perinatal. La incidencia en nuestro país es muy baja y los pediatras adoptarán inmediatamente las medidas oportunas para prevenir esa escasa incidencia en tu bebé.

Riesgos de la infección perinatal

Los mayores riesgos de infección perinatal se asocian, además de a la colonización materna, a los siguientes factores; que tu bebé sea prematuro; que lleves más de 18 h de bolsa rota; que tengas fiebre durante el parto; que hayas tenido previamente un bebé con infección por EGB. Por eso la profilaxis se realiza siempre en los partos de menos de 37 semanas, aunque no se tenga el resultado de la prueba y en los casos de resultado positivo desde que se inicia el parto o desde la rotura de la bolsa aunque aún no haya trabajo de parto.

Si has tenido un hijo anterior con infección neonatal por EGB o infección de orina por EGB durante el embarazo no es necesario que te realicen la prueba, porque se considera que el riesgo es alto y se administrará directamente la profilaxis intra-parto. Si tu resultado fue positivo pero te hacen una cesárea programada, sin que previamente haya habido trabajo de parto, ni rotura de la bolsa, no será necesaria la profilaxis.

En todo caso, si no tienes ningún síntoma de infección, procura estar tranquila. Piensa que las posibilidades de que tu bebé desarrolle una infección por EGB son muy bajas y el personal sanitario siempre estará atento para prevenirla.